Suena un estridente despertador en una abarrotada habitación de ocho literas de un albergue en Lamiña, Cantabria. Comienza la séptima etapa del Xciting-Tour para seis rudos y aguerridos moteros.
Eran las 09:00 h. de un soleado día que bañaba con su intensa luz las espectaculares laderas del Valle de Cabuérniga.
Comenzamos a desperezarnos muy poco a poco. El edredón pesaba bastante como consecuencia del cansancio acumulado por las noches locas de juerga, los kilómetros recorridos y las opíparas comidas que soportaron nuestros cuerpos durante los seis días anteriores.
Muy lentamente fuimos abandonando nuestros catres calientes. Otra vez se reprodujo la escena del "Camarote de los Hermanos Marx", pero todos con ojos rojos, ojeras, barba y en gayumbos, lo cual era más hilarante aún que la escena original de la película.
Conseguimos asearnos y vestirnos por turnos entre la vorágine de literas, baúles, bolsas, cascos, botas, cazadoras, guantes, enseres personales, ect. Con las huellas del sueño y cansancio reflejadas en nuestros rostros curtidos por muchos kilómetros de asfalto logramos llegar a las motos y acomodar el equipaje sobre nuestras fieles y sufridas máquinas de rodar.
Las chicas nos habían invitado a desayunar en la Fundación. A las 10:00 h. era la hora prevista para volver a mover el bigote, así que arrancamos motores e iniciamos el corto descenso hasta el punto de encuentro con mucha calma y parsimonia.
Estacionamos en la plaza y a través de nuestras oscuras gafas de sol volvimos a contemplar con cierta melancolía el escenario en donde la noche anterior pusimos a prueba nuestras dotes de baile con gran aceptación y regocijo del público asistente a tan magna fiesta.
Tocamos suavemente sobre la maciza puerta de la Fundación sin obtener respuesta. Eran las diez menos diez y pensamos que las damas estarían aún descansando, así que optamos por acomodarnos en unos bancos bajo los soportales de la pequeña iglesia de la plaza para ver si con esta solución terminábamos de despertarnos completamente.
A las diez en punto abandonamos los duros bancos de madera y volvimos a llamar, esta vez con más fuerza, a la imponente puerta. Tampoco obtuvimos respuesta. Pensamos que las consecuencias de la alocada noche habían dejado fuera de juego a las chicas y estaban durmiendo plácidamente en sus calientes camas....mmmmm!!
Mi mente calenturienta imaginaba a las dos ninfas recostadas sobre sus camas durmiendo plácidamente a la vez que sus curvas insinuantes se dejaban entrever bajo una ligera sábana de hilo blanco mientras soñaban con una panda de seis rudos moteros moviendo sus atléticos cuerpos al ritmo de "Paquito el Chocolatero".
!! Para Juanma que te pierdes....!! .- Sonó una voz en mi interior...
Esa voz, que casualmente tenía el mismo tono que la de mi mujer, me hizo volver rápidamente a la cruda realidad.
Pasaban unos minutos de las diez, así que como último intento desenfundé mi móvil con la destreza de Clint Eastwood en "Por un Puñado de Dólares" y tecleé el nº de Rosa obteniendo inmediata respuesta.
Se estaban arreglando para recibirnos convenientemente y se demoraron un poco pensando en que nosotros aún seguiríamos encamados.
Al poco se abrieron con un chirrido las puertas de la Fundación y aparecieron radiantes las dos damas, que por su aspecto yo diría que habían dormido a pata suelta, nos invitaron a entrar y nos acomodaron en la inmensa cocina mientras ellas preparaban el café, los dulces, galletas, tostadas, mermelada, mantequillas, zumos y demás exquisiteces dignas de un desayuno de Reyes con gafas de sol.
También apareció Visi, que como esposa de panadero que es, nos trajo pan recién horneado y unos dulces típicos de la zona fabricados por las expertas manos amasadoras de su marido. Ahora me explico su cara de felicidad y su eterna sonrisa dibujada en su rostro....claro, con esas manitas....
Pese al sueño y al cansancio agradecimos mucho este desayuno que nos animó para seguir cabalgando otra jornada más, excepto a Pedro, que sufría una tremenda descomposición por la "Maldición del Morro" y que sólo desayunó un zumo y un comprimido de Fortasec servido magistralmente por Paz.
Un pequeño incidente ocurrido en la cocina hizo estallar una jarra de cristal llena de leche caliente derramándose por los muebles y el suelo. No sé si fué por casualidad o fruto del nerviosismo de las chicas al verse rodeadas de una peligrosa cuadrilla de seis salvajes moteros con no se sabe bien que intenciones ocultas....ja,ja,ja,ja,.
LECHE DERRAMADA... no se vé muy bien, pero fijaros en los muebles del fondo...
Un rato de agradable charla en la cocina bañada por el intenso sol que se colaba por los ventanales y el suculento desayuno nos dieron las fuerzas necesarias para enfrentarnos a los 220 Kms que nos separaban de nuestro próximo destino en Lerma (Burgos).
Nos despedimos de nuestras simpáticas y agradables anfitrionas y nos emplazaron a una nueva visita cuando nos apeteciera, no sin antes haber hecho algunas
fotos de despedida.
Uuuuuuaaauuuuu, Una chica en mi moto...!!
Nuestro agradecimiento desde aquí a Paz, Rosa y Visi por habernos hecho pasar unos momentos muy agradables y divertidos además de habernos atendido magníficamente en nuestra estancia en Barcenillas.
CONTINUARÁ.......
Última edición por SIMULATION el 17 Oct 2010 19:36; editado 1 vez
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