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Ropa para niños: cómo vestir bien y con estilo a los más pequeños


Una de las obsesiones más comunes de las madres primerizas es el miedo a no vestir nunca adecuadamente a su bebé según la estación del año o las condiciones meteorológicas de cada día para evitar que enferme. Si tú también eres madre, no te asustes, hay pautas que puedes seguir para aprender a vestir a tu bebé bien, a la moda y con estilo. Aquí tienes nuestros 6 consejos para comprar la ropa perfecta.
1 - Elige ropa cómoda para tu bebé
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La primera regla para elegir la ropa de los niños es la comodidad. Independientemente de la ocasión y de lo satisfactorio que sea para un padre vestir a sus pequeños a la moda, todos tienen derecho a disfrutar de su libertad y a jugar y expresarse sin limitaciones. Para tus hijos, por tanto, elige ropa que les permita moverse y ensuciarse: experimentar y curiosear es una prioridad para ellos que no debe reprimirse de ninguna manera.

La comodidad es un requisito fundamental a la hora de elegir la ropa para los niños mayores, pero sobre todo para los bebés. En el caso de los bebés, es importante que los trajes sean:

� fácil de quitar y cambiar
separadas y coordinadas
fácil de abrir y cerrar

Para las niñas, una solución práctica y elegante es vestirlas con falda y medias, una opción muy cómoda que permite cambiarlas en pocos minutos.

Cómo vestir a un recién nacido según la temperatura
Vestir a un recién nacido no es sólo cuestión de belleza, sino sobre todo de salud y felicidad del niño. La comodidad para ellos significa estar vestidos de tal manera que su temperatura corporal sea óptima.

Siempre es difícil saber si un niño muy pequeño tiene frío o calor. A menudo tendemos a cubrirlos mucho más que a los adultos, pero esto puede ser contraproducente, porque si un recién nacido suda, es fácil que sufra las consecuencias de la humedad y enferme. La mejor solución es tratar de entender cuándo están incómodos leyendo su lenguaje corporal.

Para intentar entender su temperatura mediante el tacto, recuerda que las manos y los pies de los niños no son muy fiables, es mejor poner una mano detrás de la nuca o en la espalda para entender si tienen frío, calor o sudor, especialmente en las estaciones intermedias como el otoño y la primavera, cuando es más fácil exagerar con la ropa.

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