pues eso que hacia mucho tiempo que no os daba la lata con unos chistecillos.
Faltaban dos días para casarse, pero Julián no aguantaba más.
- Anita, ¿nos vamos a la cama?
- ¡Ni hablar! Yo quiero llegar virgen al matrimonio. Espera a pasado mañana.
- Es que voy muy quemado…
- Nada. Quiero vestir de blanco.
- Bueno, pero al menos déjame verlo…
Anita al final accede.
- De acuerdo, pero sólo mirarlo.
Se levanta las faldas. Julián lo mira detenidamente.
- Venga, Anita, echemos un revolcón…
- Ya te he dicho que no. Espera a pasado mañana.
- Bueno, pero al menos déjame olerlo.
La chica accede una vez más, pero advierte:
- De acuerdo, pero sólo olerlo.
Se vuelve a levantar las faldas. Julián lo huele profundamente. Y dice:
- Oye, Anita. ¿Tú crees que esto va a llegar a pasado mañana?
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Antes de la boda, la novia virgen le pregunta a su amiga íntima:
- Ay, Matilde, tengo miedo, dime la verdad: ¿Me va a doler?
- Sí mujer, pero no te preocupes, es como un dolor de muelas.
- ¿Cómo que como un dolor de muelas?
- Pues sí, te va a doler, pero no vas a querer que te la saquen.
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Jefe (J) y empleado (E).
J: – Señor Díaz, es usted un empleado de toda mi confianza. Quisiera que siguiera al contable porque cada día desaparece de la oficina durante dos horas.
Al día siguiente:
E: – Esto es lo que sucede: el contable se va al garaje, coge su coche, se va a su casa, le echa un polvo a su mujer, y vuelve al trabajo.
J: – ¿Así que se va a su casa con su mujer?
E: – Me permite que le tutee?
J: – Hombre Sr Diaz, con los años de confianza que hay por medio, no faltaría más.
E: – Se va al garaje, coge
tu coche, se va a
tu casa, le echa un kiki a
tu mujer, y vuelve al trabajo.
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La esposa se despierta a las 5 de la madrugada dando gritos y saltos en la cama. El marido, ante tanto ruido, también se despierta y viendo a su esposa tan alterada, nerviosa y sudorosa le pregunta:
- María, ¿qué te ocurre?
- Paco, he tenido un sueño rarísimo, muy extraño.
- Cuéntame – dice él.
- Pues estaba paseando por un prado verde con unas flores muy bonitas, mariposas, pajaritos volando, casi un paraíso. De pronto empezó a llover, cada vez más fuerte y no tenía donde protegerme. A lo lejos, ví un árbol muy grande, corrí hacia él y entonces me dí cuenta de que era un “PENAL”.
- María – dice el marido – seria un PERAL!
- No, no, un PENAL; tenía colgando de sus ramas, como a dos metros de altura, más de 500 PENES preciosos, 30 centímetros, rosados, divinos.. y yo saltando y tratando de alcanzar uno. Me pasé 4 horas sin conseguirlo.
- María – dice el marido – eres tonta; estando el mío tan cerca, con alargar el brazo lo hubieses tenido suficiente.
- ¡No me jodas Paco! Había más de 200 tirados por el suelo como el tuyo…
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Una señorita va a la iglesia a confesarse:
- Perdoneme padre porque he pecado.Dice la tipa.
- Bueno hija, cuentame tus pecados.Le responde el cura.
- El otro día estaba caminando por la calle cuando me encontré con un viejo amigo. Fuimos a tomar un café, empezamos a charlar, fuimos a su apartamento e hicimos el amor. Y como yo soy tan FRUGIL…
- Frágil, hija, se dice frágil. Interpone el padre.
- Bueno, al día siguiente estaba sentada en la plaza cuando de repente se aparece otro amigo. Empezamos a charlar y despues terminamos en mi apartamento e hicimos el amor. Y como yo soy tan FRUGIL…
- Frágil, hija, frágil. Dice otra vez el cura.
- Y ayer estaba con mis amigas cuando se apareció mi novio. Empezamos a conversar, y despues fuimos a su apartamento y como yo soy tan, ay cual es esa palabra, padre?
- Puta, hija, puta.
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Según se cuenta, la Familia Real Española tiene por costumbre, después de la cena, jugar a las adivinanzas, bajo la dirección de Doña Sofía.
Sofía: – Bien, vamos a empezar el juego. Primera adivinanza: larga y afilada cual estilete, por la punta saca y mete, y por detrás lleva el ojete.
Leti: – Eso debe ser una polla, ¿no?
Sofía: – Por Dios, es una aguja. El bolso de la señora que doña Letizia se va.
Felipe: – Mamá, discúlpala que ella no entiende de protocolo. Poco a poco irá aprendiendo.
Sofía: – Está bien, le daré otra oportunidad. Segunda adivinanza: Grande y blanca la quisiera, que entre las piernas no me cupiera.
Leti: – Eso sí es una polla, ¿no?
Sofía: – ¡Por todos los Santos! Es una yegua. El bolso de la señora que doña Letizia se va.
Felipe: – Mamá, por favor, discúlpala, que viene de TVE y allí son muy blasfemos. Dale otra oportunidad.
Sofía: – Está bien. La última, pero ninguna más. Tercera adivinanza: Cimbel matutino, con forma de pepino, que por delante escupe gotas y por detrás le cuelgan dos pelotas.
Leti: – Mi bolso, ¡PERO ESO ES UNA POLLA COMO UNA OLLA!
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Un oso y un conejo se odiaban a muerte. Cada vez que se veían se decían de todo y se tiraban cosas. Eso si, el conejo se mantenía a distancia por razones obvias.
Un buen día, mientras mantenían una de sus disputas apareció un hada del bosque y les dijo:
- Todo el bosque está harto de vuestras peleas, no dejáis dormir a nadie, así que os voy a conceder tres deseos a cada uno a condición de que no os volváis a pelear.
Los dos aceptaron, no sin antes pelearse por quién empezaría a pedir deseos. Empezó el oso:
- Quiero que todos los osos del bosque sean hembras…
El conejo pidió su primer deseo:
- Quiero un casco de moto.
El hada flipó pero le concedió el deseo. El oso pidió su segundo deseo:
- Además quiero que todos los osos del pais sean hembras.
El hada le dijo:
- Parece que no quieres aburrirte… en fin, deseo concedido. Tu turno, conejo.
El conejo pidió:
- Quiero una moto.
El hada aceptó viendo que su idea funcionaba.
- ¡¡¡Mi turno!!! – dijo el oso.
Y ni corto ni perezoso pidió que TODOS los osos del mundo fuesen hembras. El hada le dijo:
- Te vas a poner morado, vas a ser el único entre todas las mujeres… Venga conejo, tu turno.
- Mi último deseo es… – dijo el conejo colocándose el casco y arrancando la moto – es… … ¡¡¡QUE EL PUTO OSO SEA GAY!!!
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