En general, muy pocos automovilistas tienen idea de lo que hay debajo del capó de su coche. Y esto a menudo te lleva a confiar ciegamente en la palabra del mecánico: esto es un error, porque incluso en el taller, como consumidores y clientes, tienes derechos que puedes hacer valer. He aquà cómo.
Derechos claros
El primero es el derecho a la seguridad: la reparación realizada debe permitirte siempre conducir con seguridad, para ti y para los demás. La segunda es a la información: aunque sepamos poco o nada de motores, el mecánico está obligado a explicarte, de forma clara y comprensible, qué trabajo pretende hacer, por qué y a qué precio. El presupuesto debe facilitarse siempre de antemano, y debe tener en cuenta el coste de la mano de obra prevista más el coste de las posibles piezas de recambio. El tercer derecho es la garantÃa: cualquier reparación debe estar garantizada durante dos años, siempre que haya sido realizada por un profesional y se pueda demostrar con un recibo o factura o incluso con un simple testimonio. Los defectos evidentes deben impugnarse inmediatamente, los demás en un plazo de 60 dÃas desde su descubrimiento. La duración es siempre de 24 meses, salvo en casos muy raros en los que el servicio es principalmente de mano de obra y lo realiza un artesano, en cuyo caso se aplica la garantÃa de un año.
Algunas precauciones
Reparar un coche no es para todo el mundo. Siempre hay que recurrir a manos experimentadas. No se trata sólo de una cuestión de sentido común y de importantes e innegociables razones de seguridad, sino también de la ley (41/1992): el propietario de un vehÃculo está obligado a utilizar los servicios de un profesional, es decir, de un taller inscrito en el registro mercantil y en el que trabajen mecánicos experimentados y cualificados. Si recurre a un mecánico autodidacta y no cualificado, incurrirá en una fuerte multa.
Elección del taller
Algunos talleres, por ejemplo, tienen su propia página web en la que muestran los precios y ofrecen presupuestos aproximados. Por supuesto, para consultarlas de forma provechosa, hay que conocer perfectamente el tipo de trabajo que se necesita, ya que, de lo contrario, es perfectamente inútil, ya que no se sabrÃa qué buscar.