La diferencia entre mantenimiento, restauración y renovación.
En función de la naturaleza y el alcance del trabajo, podemos distinguir entre
mantenimiento ordinario, si el objetivo es reparar o sustituir, total o parcialmente, los acabados existentes (es decir, accesorios, suelos, paredes) y las instalaciones (eléctricas, de agua y térmicas) para mantener su eficiencia. Estas acciones no requieren ningún permiso, siempre que se cumplan las normas de seguridad y salud e higiene;
mantenimiento extraordinario, si queremos renovar o cambiar partes estructurales del edificio (por ejemplo, para crear nuevos servicios), siempre que esto no cambie ni el volumen ni el uso previsto del edificio. Esta categorÃa incluye la ampliación de habitaciones, la adición o eliminación de paredes e instalaciones, la renovación de escaleras y también la división o amalgama de unidades residenciales, siempre que se mantenga el volumen global. Para estas intervenciones, según el tipo, hay que obtener una CILA o una SCIA;
restauración y renovación conservadora, cuando el objetivo es preservar la funcionalidad del edificio respetando sus rasgos caracterÃsticos, por ejemplo, renovando y restaurando sus componentes o añadiendo instalaciones necesarias para su uso. En este caso, el uso previsto puede variar. Estas obras están reservadas a los edificios sujetos al código del patrimonio cultural y a los que merecen ser protegidos;
renovación, como resultado de la cual se transforma un edificio, en todo o en parte, añadiendo, modificando, restaurando o eliminando tanto partes constitutivas como instalaciones, manteniendo el volumen original sin cambios.



